Filosofía

Solo traduciendo se aprende a traducir. Con los niños, más que con nadie, deberíamos seguir la máxima de Confucio:

Explícame y olvidaré,
muéstrame y recordaré,
déjame hacerlo y lo aprenderé.

En La aventura de traducir partimos de la base de que la norma
pedagógica más eficaz es: «Ante todo, contagia tu pasión». ¿Y quién mejor para enseñar a traducir a los niños que los propios traductores literarios, quienes, como es sabido, aman como pocos su oficio?

La traducción es una herramienta para aprender a escribir. Redactar es ordenarse. La traducción es una herramienta para enseñar a los niños a pensar bien y, por lo tanto, a expresarse bien. Enseñar a usar bien el lenguaje es enseñar a usar bien la inteligencia. Traduciendo mejorarán su ortografía, aprenderán a puntuar bien, se darán cuenta de las repeticiones innecesarias, de cómo cambiando esta o aquella palabra su traducción mejora, se hace más brillante.

La aventura de traducir es una forma de contactar con el lenguaje por
medio del juego
. A través de unos textos pensados especialmente para
ellos, los niños descubren que las diferentes lenguas guardan divertidas
bromas a la hora de traducir.

En La aventura de traducir se lleva a los niños al conocimiento a través de la curiosidad y se les ayuda a tener el sentimiento de estar
progresando
(la motivación de logro que dicen los expertos). Sienten el
interés, la intriga, el placer del descubrimiento, el sentimiento de pertenecer a una comunidad lingüística, el ánimo, la sorpresa y la admiración ante las otras lenguas diferentes al español.

La aventura de traducir es fundamental como ayuda para la
integración de los niños extranjeros
, ya que los niños españoles se dan
cuenta de que el hecho de que en el hogar de los primeros se hable otro idioma además del español es algo positivo, no discriminatorio.

La aventura de traducir quiere destacar la importancia de las
diferentes lenguas del mundo y la necesidad de conocerlas para entender a las personas que las hablan y las escriben. Asimismo quiere mostrar a los niños el papel fundamental de los traductores para que valoren cómo a través de su labor se pueden entender, interpretar las ideas, los sentimientos y los deseos de los hablantes y los escritores de las diferentes lenguas.

La aventura de traducir quiere hacer ver estos valores a las personas más receptivas, los niños y jóvenes, y enseñarles que la lengua es a la vez una herencia y una responsabilidad. No leemos para vivir otras vidas, sino que leemos para entender al otro desde nuestra propia vida. La lengua no solo transmite un mensaje puntual, transmite, además, una concepción del mundo y, en este sentido, la traducción es un instrumento óptimo para mejorar la convivencia, estimular el diálogo, respetar la diversidad y comprender las diferencias entre los seres humanos. Partiendo de esta filosofía, hemos diseñado unos textos en los que se reflejan diferentes culturas, costumbres y formas de ver el mundo.

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